Haciendo Cerámicas:
Paso a Paso El Proceso de Producción
Cada una de las piezas de cerámicas que producimos se hace enteramente a mano desde el principio hasta el fin. La arcilla se toma de los bancos del río Arno el cual corre a través de Florencia y nuestros alfareros, cuyo taller se halla en las afueras de la ciudad, hacen con esta arcilla magníficas piezas. Lo mismo si el alfarero realiza la pieza en su torno o si la modela a mano en un molde para darle una forma más regular. Las piezas de arcilla se sacan y secan antes de quemarse en el horno por primera vez. El resultado de esta primera quema es una forma en terracota sobre la cual trabajarán nuestros vidrieros y pintores.
Usamos dos tipos diferentes de barro: el primero es el tradicional, exactamente igual al utilizado en Italia durante el siglo XV. Está formado a través de una sedimentación fluvial del suelo por millones de años. Presenta un color verde gris mientras se procesa y después de quemado adquiere el típico color rojo ladrillo Toscano. Las formas terminadas se llaman generalmente bizcocho (“biscotto”) (de bis = dos, y cotto = horneado, bizcocho, galleta) ya que son primero “cocinados” al sol y en una segunda acción quemados al fuego. Esta arcilla se usa para producir en el torno del alfarero, los platos tradicionales, jarrones, tazas, y muchos otros objetos de forma redonda. También puede ser utilizado este barro para producir formas especiales en moldes de yeso como – por ejemplo - bandejas ovales, las cuales no pueden moldearse en el torno alfarero.
El otro tipo de arcilla que utilizamos es comparativamente más refinada y moderna, y se acerca más a la porcelana blanca por su color y peso específico. Este material se utiliza de forma líquida y se crean los productos derramando “el vertido” dentro de los moldes de yeso. Básicamente esta es la misma técnica que se utiliza para hacer las estatuas de bronce vertiendo el metal fundido dentro de una forma negativa respecto al objeto que va a ser creado, pero en nuestro caso utilizamos materiales fríos.
Después de la quema en el horno tenemos una forma en terracota. El próximo paso del proceso es el vidriado. Cada pieza se sumerge en el glaseado líquido, el cual preparamos nosotros mismos, y cuando se halla totalmente cubierto por el glaseado se deja secar por un día o dos.
Entonces comienza la parte donde se invierte más tiempo. Cada pieza es individualmente pintada a mano de acuerdo al estilo personal y apreciación de cada pintor.
Las pinturas o pigmentos lo conforman minerales naturales y mediante la mezcla de los mismos en nuestro estudio estamos en condiciones de obtener un amplio rango de tonalidades, las cuales distinguen nuestro trabajo de los de otros ceramistas.
El polvo de color se mezcla con agua y se aplica sobre la superficie vidriada de cada pieza. La cuestión más sobresaliente de este estadio es que antes de ser quemados los colores son planos y de naturaleza opaca, y cada pintor debe estar atento a cómo estos colores cambiarán durante la quema para asegurarse de que lograrán al final la tonalidad correcta.
El paso final de la producción es la segunda quema. Esta acción no sólo transformará los colores sino también el vidriado, el cual devendrá en una superficie sólida y brillante la cual sobrevivirá bien por muchos años. El horno de gas alcanza una temperatura entre 940º - 950º C (alrededor de 1700º F) en un ciclo de 24 horas, utiliza doce horas para alcanzar la temperatura máxima y doce horas para enfriarse totalmente. Sólo entonces se puede abrir el horno y descubrir el resultado del enorme y paciente trabajo.
Para información adicional y para ordenar
por favor contact@rampiniceramics.com.
Dadas las características de cada monitor las imágenes pueden variar respecto al color original de las piezas cerámicas.
Copyright © 2012 Ceramiche Rampini (todos los textos e imágenes)